Este libro nace del amor más puro y del dolor más profundo.
Darío fue, es, y siempre será, el bebé más hermoso del mundo. En su breve paso por esta vida, nos enseñó más de lo que muchos logran transmitir en una existencia entera. Su silencio fue enseñanza, su fragilidad una fortaleza, y su presencia un regalo que aún resuena en cada rincón de nuestra alma.
Muchos conocemos la dicha de convertirnos en padres. Algunos, tristemente, conocemos también la desgarradora experiencia de perder a un hijo. Pero perder a un bebé, a un ser que apenas empieza a respirar el mundo, y verlo sufrir en ese tránsito, significa un dolor indescriptible y redefine todo lo que creíamos saber sobre el amor, la fe y la vida misma.